18 octubre 2013

Observar y ser observado - Evidencia 4


La observación de una clase puede servir al profesor que la da y al que la observa. Al primero para obtener una opinión sobre el desarrollo de la clase y las metodologí­as aplicadas desde la perspectiva de otros profesores, y por parte de los observadores para aprender de lo observado y profundizar en nuestras reflexiones sobre lo que es una clase de enseñanza de una lengua extranjera y cuál es la mejor forma de afrontarla.

Entre otras cosas, me gustaría observar cómo el profesor utiliza sus habilidades pedagógicas y dirige la clase, me gustaría ver cómo se enfrenta a los diversos problemas que pueden surgir (como la pérdida de atención por parte de los alumnos, la falta de motivación, la formulación de preguntas para las que no hay una respuesta clara, o para las que el profesor no tiene respuesta en ese momento, etc.)

Me gustaría que una persona que me observara dando una clase percibiese un ambiente cálido y relajado, tanto entre los alumnos/as y yo como entre ellos/as mismos. Me gustaría que me viese moverme por la clase con soltura, tratando a todos los alumnos por igual y resolviendo sus dudas con la mayor claridad posible. Me gustaría que descubriese en los alumnos motivación, interés por el contenido de la clase, interés por aprender y por implicarse en su proceso de aprendizaje, porque eso diría mucho de mi labor como profesora.

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