05 octubre 2013

Mi punto de partida - Evidencia 1b

(actividad 2, unidad formativa 1, módulo 1)


Me llamo Carla y quiero ser profesora de lenguas extranjeras porque me gusta ayudar a otras personas a aprender cosas, en general, y me siento capaz de enseñar mi lengua materna. Mi gusto por ayudar a aprender se apoya en mi experiencia de que cuando enseño algo a otra persona, también yo adquiero nuevos conocimientos; y la posibilidad de aprender, de adquirir nuevas habilidades o mejorar las existentes, es probablemente la mejor forma de motivarme que conozco. Además, enseñar español en el extranjero es una salida profesional que me parece muy interesante.

Creo que mis puntos fuertes en la enseñanza de lenguas extranjeras son mi condición de estudiante de lenguas extranjeras (inglés), mis conocimientos (aunque escasos) sobre pedagogía (CAP, cursos de animación y dinamización), mi experiencia en el trabajo con niños y adultos (talleres, campamentos, actividades de voluntariado), mi capacidad para el manejo de información (gracias a mi carrera), mi creatividad y mis ganas de aprender y mejorar continuamente.

No tengo todavía muy claro qué línea debo seguir para formarme y desarrollarme profesionalmente en la enseñanza del español como lengua extranjera. Éste es mi segundo curso con el Instituto Cervantes, y sé que me gustaría hacer más. También sé que en breve me iré a vivir al extranjero un tiempo, y es entonces cuando planeo buscar trabajo como profesora de español, dando clases particulares o en academias de idiomas.

Mis objetivos a corto plazo en relación con la enseñanza del español como lengua extranjera se reducen básicamente a dos: prepararme lo mejor posible antes de empezar a ejercer como profesora, y continuar preparándome y mejorando una vez que consiga empezar a trabajar en este ámbito.

Finalmente, más que preguntas concretas tengo preocupaciones: me preocupa no conocer lo suficiente acerca de la lengua española (ya que soy licenciada en Documentación, no en Filología). Sé que mi condición de nativa de español es una gran baza, pero me preocupa que no sea suficiente para la enseñanza del español a extranjeros con un determinado nivel. También me preocupa la posibilidad de cometer fallos a la hora de enseñar, especialmente cuando surjan preguntas o dudas en la clase en relación con la gramática o con aspectos de la literatura o de la cultura que yo no conozca muy bien. Soy consciente de que estos hándicaps pueden suplirse con la colaboración con otros profesores, así como con la formación continua y la utilización de obras de referencia como el diccionario de la RAE, pero probablemente la posibilidad de enseñar algo de forma inexacta es la mayor barrera que veo ante mí ahora mismo, cuando me planteo la enseñanza en la práctica. No es que me vaya a detener por eso. Todos podemos cometer errores. Es sólo que quiero tenerlo muy presente, siempre, para que si ocurre sea capaz de solucionarlo lo antes posible.

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