Mis objetivos, con la realización de este y otros cursos de
formación de formación para profesores de lenguas extranjeras, son:
- Ampliar mis conocimiento lingüísticos y socioculturales acerca del español
- Ampliar mis conocimientos pedagógicos
- Aprender a aprovechar al máximo mi capacidad para reflexionar acerca de mis propias experiencias como aprendiente de lenguas extranjeras, seleccionando y profundizando en el análisis del comportamiento de aquellos profesores que más contribuyeron a mi aprendizaje y a ampliar mi interés por el conocimiento de la lengua que me enseñaron
- Profundizar en el conocimiento de los instrumentos que, una vez que empiece a dar clases, me permitirán analizar mi forma de enseñar, permitiéndome modificar y/o eliminar aquellos aspectos que no sean positivos para cumplir con los objetivos del proceso de enseñanza aprendizaje
- Analizar mis propias creencias sobre la enseñanza en general, y reflexionar acerca de su procedencia para poder decidir si es conveniente mantenerlas, modificarlas o eliminarlas
- Interiorizar nuevas técnicas docentes que me permitan facilitar a mis futuros alumnos la consecución de sus objetivos como aprendientes de español.
Concretamente en este módulo 1, que ya finaliza, he tenido
la posibilidad de reflexionar acerca de la importancia que tienen tanto mis
experiencias (como estudiante y como enseñante, aunque no fuera a nivel
profesional) como mis conocimientos y habilidades y mi propia personalidad,
valores y actitudes a la hora de afrontar mi formación como profesora de
lenguas extranjeras. Especialmente me ha sorprendido el hecho de que mis
vivencias como estudiante de una lengua extranjera (el inglés en mi caso) me
haya dado pie a comprender un poco más acerca de cómo funciona mi cerebro, y de cómo
reacciona ante el estudio y adquisición de una nueva lengua. Pero sobre todo me
ha llamado la atención el hecho de descubrir las ideas, las creencias, que yo
misma tengo acerca de la enseñanza de idiomas, de lo que es un buen profesor y
de la mejor forma de llegar a los alumnos para abordar la enseñanza del español
(en mi caso particular).
He aprendido además que esas creencias, una vez
identificadas, deben ser revisadas y actualizadas, a través de una
retroalimentación continua, incluso (y tal vez particularmente) una vez que
empiece a trabajar; y que una de las mejores formas de acceder a esas creencias
y permitir una reflexión profunda es a través de la utilización de una
herramienta de reflexión docente como es el portfolio.
De acuerdo con la afirmación de Pérez de Obanos Romero, en
su artículo La competencia docente y el desarrollo profesional: hacia un
enfoque reflexivo en la enseñanza de ELE (Suplementos marcoELE, V encuentro
brasileño de profesores de español, 2009) hay dos tipos de portfolio docente:
el portfolio formativo - que desarrollan los futuros docentes o los profesores
en formación, es decir como yo - y el portfolio profesional – que elaboran los
profesores con experiencia. El primero es, de alguna forma – al menos desde mi
perspectiva como profesora en formación con expectativas de convertirme algún
día en una profesional de la docencia que además dé el tipo en la clase como
profesora facilitadora (¡no pido poco!) - un predecesor del portfolio
profesional, una forma de aprendizaje introspectivo no sólo en lo que se
refiere a la enseñanza sino también en relación al aprendizaje del propio
proceso reflexivo.
Parte de ese proceso de reflexión lo constituye el análisis
de mis puntos fuertes y débiles como docente (o pre-docente) a partir de la tabla
de la competencia docente. Pues bien, creo que mis principales puntos fuertes y
débiles se entrecruzan, y en ciertos casos coinciden en una misma habilidad,
actitud o conocimiento. Así:
Entre mis puntos fuertes destacan mi conocimiento de la
lengua (español) como nativa, reforzado por el hecho de que además la lectura
es una de mis mayores aficiones y leo con mucha frecuencia, por lo que poseo un
vocabulario bastante alto. Al mismo tiempo, el hecho de que no tenga formación
específica en Filología supone una debilidad que, sin embargo, creo que puedo
solucionar en parte a través de la ampliación de mi formación al respecto.
Otro de mis puntos fuertes es que cuento con una gran
capacidad de autoformación – que creo que se ve aumentada por el hecho de que
me gusta mucho aprender y tengo una gran curiosidad - combinada además con la
facilidad de expresión. Para terminar, también incluyo entre mis puntos
fuertes el hecho de que tengo una personalidad inclinada a la reflexión y la autocrítica, que practico de forma continua (tal vez a veces en exceso), tratando de perfeccionar ciertos
aspectos tanto de mi vida personal como profesional.
En cuanto a mis puntos débiles, además del hecho de que poseo
una formación del español que podría definir como “nivel de usuario” – usando una
analogía utilizada en informática para referirnos a las capacidades que tiene
una persona para manejar un determinado programa - creo que es importante la
ausencia de experiencia docente y el hecho de que sólo tengo unos conocimientos
pedagógicos muy básicos. Por tanto, creo que es bastante lógico tratar de centrar mi formación futura más
inmediata en estos aspectos.
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