18 octubre 2013

Ideas de subtítulos para el curso ¿qué es ser profesor de lenguas extranjeras?


¿Qué es ser profesor de lenguas extranjeras?

… o cómo convertirse en profesor sin olvidar lo que significa aprender

… o cómo convertirse en profesor sin olvidar lo que significa ser estudiante

… o cómo convertirse en profesor sin dejar de ser un estudiante/aprendiz

Objetivos de desarrollo profesional - evidencia 7b

Mis principales objetivos a corto plazo son terminar la tesis y empezar a buscar trabajo como profesora de ELE en Europa sin dejar de realizar cursos de formación específicos relacionados con la docencia del español.

En un plazo de dos años me veo trabajando como profesora de ELE y compaginando ese trabajo con más cursos de formación específica, presencial y en línea, y sin dejar de autoformarme para mejorar tanto mis conocimientos como mis habilidades y mis actitudes en el entorno docente.
 
En cuanto a mi futuro a largo plazo, no lo veo todavía con claridad, pero me gustaría haberme convertido en una profesora facilitadora, que además de dominar los contenidos y las habilidades sabe cómo hacer que los alumnos se sientan motivados y rindan al máximo de sus capacidades.

Reflexión final - evidencia 7a


Uno de los aspectos que más interesantes me han resultado de este curso ha sido la actividad centrada en la observación de la clase de Javier. En esa línea, aunque antes de observar el desarrollo de esa clase, escribí en la actividad La capacidad de observar acerca de la importancia de esa habilidad, que yo no tengo demasiado desarrollada todavía: “Todos recabamos información de nuestro entorno a diferentes niveles, y después de procesarla la utilizamos para aumentar nuestro conocimiento. Una persona observadora obtiene mucha más información sobre todo lo que la rodea que una que no lo es, y por tanto tiene muchas más posibilidades de adquirir nuevos conocimientos y habilidades, así como de mejorar los que ya tiene.” Me gusta este texto, y me sigue gustando incluso después de haber aprendido todo lo que he aprendido en este curso, pero todavía creo en lo que digo ahí, y porque creo que tiene fuerza. Sobre todo, y tal vez especialmente, después de haber visualizado la grabación de la clase, la cual me ha permitido aprender mucho acerca tanto de cómo debe ser el desarrollo de una clase motivadora e interesante para los alumnos, como acerca de los métodos de enseñanza y las interacciones entre profesor y alumnos y de los alumnos entre sí. Me ha gustado especialmente ver cómo el profesor, a través de la realización de preguntas, algunas que desconcertaban al principio a los alumnos, y de paso activaban sus conocimientos previos; y otras que sabía que los alumnos sabrían responder, contribuyendo a reforzar su confianza en sí mismos y en su capacidad de aprendizaje. Además, me ha parecido muy buena la forma en que se las ha ingeniado para conectar las actividades con aspectos de la vida cotidiana de los alumnos (incluyéndose a sí mismo y el diminutivo de su nombre, por ejemplo).

El portafolio del profesor como instrumento de autoformación

A partir de:

Atienza, Encarna. (2009). El portafolio del profesor como instrumento de autoformación. marcoeELE. Revista de didáctica ELE. N9.

 El artículo, como queda bien claro en el título del mismo, gira en torno al portafolio del profesor y a las posibilidades que ofrece, especialmente de cara a su utilización como instrumento de autoformación y autoevaluación.

El texto comienza con una presentación de las diferentes acepciones de portafolio y su evolución histórica - el portafolio como instrumento de evaluación de los escritos en el Plan de Estudios de la Segunda República española; el portafolio como muestra de lo mejor del trabajo de un profesional (desde los años 80, en Canadá y EEUU); el portafolio como instrumento de reflexión y autoevaluación del profesorado; y finalmente el  portafolio como herramienta de autoevaluación para los aprendices de lenguas (Portafolio europeo de las lenguas) –, y continua con una breve revisión de la literatura.

Se incide especialmente en la definición del portafolio del profesor, describiéndolo como una carpeta en la que el docente recoge una selección de muestras o evidencias de su formación como profesor y de su experiencia práctica (si la hay). Dichas evidencias son producto de la recolección de información, por parte del profesor en formación, acerca de su proceso de aprendizaje, pero también son producto de la reflexión y de la autoevaluación.  De esta forma, el portafolio puede ayudar a potenciar la autonomía del profesor en formación si se lleva a cabo de forma comprometida y con una actitud positiva de autocrítica. El portafolio puede verse como “un instrumento de evaluación procesual, formativa e interactiva, que responde al enfoque constructivista de la cognición” (p. 3); y por ello, su elaboración es una forma de autoevaluación que permite al docente aprender a conocerse, descubriendo sus debilidades y sus fortalezas y, por tanto, permitiendo que trabaje en las primeras para tratar de eliminarlas o corregirlas y en las segundas para reforzarlas.


Al definir el portafolio, también se insiste en lo que no es, y “no es una versión redactada de un currículum vitae, ni una recopilación de apuntes o complicados álbumes de recortes”; tampoco es “una exhibición de logros” ni “[…] una ocasión para lamentarse de lo mal docente que uno puede llegar a verse”, ni es un diario del profesor […]” (p. 3). De hecho, a diferencia del diario del profesor, en el portafolio deben confluir las ideas existentes en el contexto en el que el profesor desarrolla su trabajo con aquellas teorías internas que  tienen que ver con sus creencias más personales y, además, las acciones que lleva a cabo en el aula. Además, el portafolio posibilita la incorporación de todo el proceso – de aprendizaje y enseñanza – que ha seguido el profesor a lo largo del tiempo, y por tanto las muestras y/o los objetos de reflexión no son sólo los que se refieren a la acción pedagógica que se lleva a cabo en la clase, entre las cuatro paredes del aula.

El objetivo principal del portafolio del profesor, tal y como se presenta en este artículo,  es permitir al que lo escribe profundizar en sus propias creencias acerca de la enseñanza y el aprendizaje para que, una vez sea consciente de dichas creencias, pueda transformarlas si lo cree pertinente. En cuanto a las características del portafolio, las principales son el hecho de que incluye muestras o evidencias del proceso de enseñanza – aprendizaje seguido por el profesor que lo redacta; y además reflexiones acerca de cómo dichas muestras se integran en la concepción de enseñanza – aprendizaje del profesor en cuestión.
 
El portafolio también suele incluir un apartado en el que el autor del mismo realiza una presentación personal, en la cual se describe antes de comenzar el proceso de reflexión. En esa presentación, el autor suele aportar información acerca de su formación inicial, sus inquietudes y la imagen que tiene de sí mismo como profesor, incluyendo los que considera que son sus puntos débiles y fuertes en su faceta profesional. También suele ofrecer una respuesta a por qué reflexiona sobre sí mismo como docente, cuáles son sus objetivos y cuál es su visión sobre el proceso de enseñanza – aprendizaje. Es frecuente también incluir un apartado final, en el cual el autor reflexiona acerca de las metas que ha conseguido, y cuáles son sus nuevos objetivos (iniciando de esta forma otro proceso de reflexión).
 
No existe una forma específica para la selección de aquellas pruebas o muestras que puedan ser bien un producto de la acción del profesor o bien un componente en el proceso de aprendizaje del profesor en formación. Sin embargo, sí se insiste en que las evidencias deberían ser el reflejo tanto de las creencias del profesor en formación acerca de lo que significa enseñar y aprender, como de la evolución de su aprendizaje. El objetivo de todo ello es permitir, a través de la reflexión, que el propio formando tome conciencia de dichas creencias y las transforme si lo cree necesario.

Finalmente, se expone en el artículo un resumen de las ventajas e inconvenientes que puede suponer la utilización del portafolio como instrumento de formación. Entre los inconvenientes, se destaca la posibilidad de que el portafolio adopte la forma de una simple exhibición de méritos, sin reflexión ni análisis; o de que se estandarice hasta el punto de convertirse en un documento que se complementa de forma casi mecánica; o de que se incluyan como muestras o evidencias documentos carentes de interés a partir de los cuales se extraigan conclusiones inadecuadas. Además, también se contempla la posibilidad de que para algunas personas resulte incómodo exponer de una forma tan abierta sus creencias. Frente a tales inconvenientes, hay ventajas importantes, que básicamente giran en torno a las características que definen el portafolio y que se resumen en el hecho de que permite visualizar de una forma extremadamente clara las decisiones tanto pedagógicas como formativas del profesor y además, el hecho de que permita seguir al docente en todo su proceso de aprendizaje y formación, posibilita un análisis objetivo de la evolución del profesor, así como estudiar sus perspectivas de futuro e implementar mejoras.  

Reflexión acerca de mis pasos más inmediatos en mi formación como profesora de ELE - Evidencia 6


Estoy ahora mismo en un momento de inflexión en mi vida, ya que me encuentro en la última fase de realización de mi tesis doctoral. No tiene relación con la enseñanza del español como lengua extranjera, pero sí constituye un elemento que me ha ayudado a avanzar como persona, a perfeccionar mi capacidad de síntesis y mis habilidades de comunicación y reflexión crítica. 

En este contexto, empecé a plantearme cómo quería desarrollarme en el contexto profesional, que hasta el momento ha tenido lugar básicamente en el entorno de la investigación en Ciencias Sociales y Humanidades, y descubrí el campo de la enseñanza del español como lengua extranjera, por lo que decidí empezar a formarme en el mismo. Este curso cuyo segundo módulo ya finaliza es uno de los primeros en lo que promete ser un largo recorrido, porque tengo todavía muchas necesidades formativas, pero teniendo en cuenta que estas necesidades siempre existirán – y necesitaré por tanto formarme de forma continuada a lo largo de toda mi carrera como profesora - me gustaría llevar mi formación de forma paralela a mi experiencia (todavía inexistente) dando clases. Por ello, creo que lo ideal, desde el momento en que finalice la tesis sería compaginar formación académica – bien presencial o bien virtual – con la utilización de recursos bibliográficos y la investigación en acción, para lo cual tengo intención de trasladarme al extranjero y buscar trabajo como lectora o profesora de español, y a partir de dichas clases, de la autoobservación y reflexión acerca de las mismas, contribuir a mi formación.

Carta al profesor de la clase observada - Evidencia 5


Querido Javier,

He visionado la grabación de tu clase y me ha sorprendido muy gratamente. He aprendido y disfrutado mucho viendo cómo aplicabas diferentes metodologías para facilitar el proceso de aprendizaje de tus alumnos. Me ha gustado especialmente ver cómo reforzabas su confianza a través de la realización de preguntas que sabrías que serían capaces de contestar, contribuyendo así a reforzar su confianza en sí mismos y en relación a su conocimiento de la materia. También tu forma de provocar a los alumnos a través de preguntas directas, y a menudo inesperadas para ellos (se refleja en el desconcierto inicial que reflejan en ocasiones), me parece una manera muy ingeniosa de activar sus conocimientos previos y además conectar el aprendizaje del español con sus vidas, su rutina cotidiana. Además me ha parecido que en ningún momento perdías la concentración y siempre estabas pendiente de todos y cada uno de los alumnos, mostrando paciencia y comprensión a cada instante, sonriendo y aliviando cualquier posible presión sobre los alumnos al eliminar el estrés que podría provocarles no entender algo en determinados momentos (como la actividad de audio) y tratando de no corregirles en exceso. Además recurres a la utilización de frases cortas y directas, utilizas sinónimos y gestos, con la finalidad de crear una situación comunicativa que permite crear un ambiente de aprendizaje muy positivo en la clase.

Creo sinceramente que te has convertido en el tipo de profesor en que aspiro a llegar a convertirme yo misma algún día.

Muchas gracias por permitirme avanzar en mi proceso de aprendizaje a través de la observar de ese pequeño trozo de tu vida y de tu profesión.

Carla

Observar y ser observado - Evidencia 4


La observación de una clase puede servir al profesor que la da y al que la observa. Al primero para obtener una opinión sobre el desarrollo de la clase y las metodologí­as aplicadas desde la perspectiva de otros profesores, y por parte de los observadores para aprender de lo observado y profundizar en nuestras reflexiones sobre lo que es una clase de enseñanza de una lengua extranjera y cuál es la mejor forma de afrontarla.

Entre otras cosas, me gustaría observar cómo el profesor utiliza sus habilidades pedagógicas y dirige la clase, me gustaría ver cómo se enfrenta a los diversos problemas que pueden surgir (como la pérdida de atención por parte de los alumnos, la falta de motivación, la formulación de preguntas para las que no hay una respuesta clara, o para las que el profesor no tiene respuesta en ese momento, etc.)

Me gustaría que una persona que me observara dando una clase percibiese un ambiente cálido y relajado, tanto entre los alumnos/as y yo como entre ellos/as mismos. Me gustaría que me viese moverme por la clase con soltura, tratando a todos los alumnos por igual y resolviendo sus dudas con la mayor claridad posible. Me gustaría que descubriese en los alumnos motivación, interés por el contenido de la clase, interés por aprender y por implicarse en su proceso de aprendizaje, porque eso diría mucho de mi labor como profesora.

14 octubre 2013

¿Cómo aprender a ser buen profesor?



(Módulo 2, unidad formativa 1, actividad 3)


¿Para qué creo que puede servir observar una clase?
 La observación de una clase puede servir tanto al profesor que la imparte como al que la observa. Al primero para obtener una opinión sobre el desarrollo de la clase y las metodologías aplicadas desde la perspectiva de otros profesores. A los observadores para aprender cómo otros profesores desarrollan sus metodologías[1].

¿Qué aspectos creo que puedo observar en una clase?
cómo se aplican las metodologías pedagógicas, cómo se trabaja con clases con determinadas características (variedad de edades y/o culturas de procedencia de los alumnos, por ejemplo), cómo se enfrenta a los problemas el profesor/a con el fin de aprender posibles soluciones a los mismos (muchos de estos problemas serán tipo), etc.

¿Qué creo que es conveniente que haga un observador mientas observa una clase?
Creo que lo ideal sería grabar la clase para luego analizarla en profundidad, pero si eso no es posible entonces creo que lo mejor es observar atentamente y tomar apuntes pero sólo de forma muy breve, para después de la clase escribir un texto describiendo el desarrollo de la misma, acompañado de sus reflexiones.


[1] En mi respuesta inicial, tal y como está grabada en la actividad, aludía a la observación de los errores y aciertos de los profesores, pero ahora creo que la actitud de los observadores debe ser, precisamente, de observación, de análisis, y no de evaluación. Las clases se observan en un contexto determinado, que no conocemos en su totalidad, pues sólo estamos observando un pequeño fragmento del trabajo del profesor, una hora de un día. No es sólo que no sea justo emitir un juicio a partir de tan poco espacio de tiempo para observar, sino que además es posible que si nos entretenemos juzgando no cumplamos con el objetivo de observar y, a continuación, reflexionar acerca de lo observado. Se trata de mantener un espíritu analítico y reflexivo.