A partir de:
Atienza, Encarna. (2009). El portafolio del profesor como
instrumento de autoformación. marcoeELE. Revista de didáctica ELE. N9.
El artículo, como queda bien claro en el título del mismo,
gira en torno al portafolio del profesor y a las posibilidades que ofrece,
especialmente de cara a su utilización como instrumento de autoformación y
autoevaluación.
El texto comienza con una presentación de las diferentes
acepciones de portafolio y su evolución histórica - el portafolio como
instrumento de evaluación de los escritos en el Plan de Estudios de la Segunda
República española; el portafolio como muestra de lo mejor del trabajo de un
profesional (desde los años 80, en Canadá y EEUU); el portafolio como
instrumento de reflexión y autoevaluación del profesorado; y finalmente el portafolio como herramienta de autoevaluación
para los aprendices de lenguas (Portafolio europeo de las lenguas) –, y continua
con una breve revisión de la literatura.
Se incide especialmente en la definición del portafolio del
profesor, describiéndolo como una carpeta en la que el docente recoge una
selección de muestras o evidencias de su formación como profesor y de su experiencia
práctica (si la hay). Dichas evidencias son producto de la recolección de
información, por parte del profesor en formación, acerca de su proceso de
aprendizaje, pero también son producto de la reflexión y de la autoevaluación. De esta forma, el portafolio puede ayudar a
potenciar la autonomía del profesor en formación si se lleva a cabo de forma
comprometida y con una actitud positiva de autocrítica. El portafolio puede
verse como “un instrumento de evaluación procesual, formativa e interactiva,
que responde al enfoque constructivista de la cognición” (p. 3); y por ello, su
elaboración es una forma de autoevaluación que permite al docente aprender a
conocerse, descubriendo sus debilidades y sus fortalezas y, por tanto,
permitiendo que trabaje en las primeras para tratar de eliminarlas o
corregirlas y en las segundas para reforzarlas.
Al definir el portafolio, también se insiste en lo que no
es, y “no es una versión redactada de un currículum vitae, ni una recopilación
de apuntes o complicados álbumes de recortes”; tampoco es “una exhibición de
logros” ni “[…] una ocasión para lamentarse de lo mal docente que uno puede
llegar a verse”, ni es un diario del profesor […]” (p. 3). De hecho, a
diferencia del diario del profesor, en el portafolio deben confluir las ideas
existentes en el contexto en el que el profesor desarrolla su trabajo con
aquellas teorías internas que tienen que
ver con sus creencias más personales y, además, las acciones que lleva a cabo
en el aula. Además, el portafolio posibilita la incorporación de todo el
proceso – de aprendizaje y enseñanza – que ha seguido el profesor a lo largo
del tiempo, y por tanto las muestras y/o los objetos de reflexión no son sólo
los que se refieren a la acción pedagógica que se lleva a cabo en la clase,
entre las cuatro paredes del aula.
El objetivo principal del portafolio del profesor, tal y
como se presenta en este artículo, es permitir
al que lo escribe profundizar en sus propias creencias acerca de la enseñanza y
el aprendizaje para que, una vez sea consciente de dichas creencias, pueda
transformarlas si lo cree pertinente. En cuanto a las características del
portafolio, las principales son el hecho de que incluye muestras o evidencias
del proceso de enseñanza – aprendizaje seguido por el profesor que lo redacta;
y además reflexiones acerca de cómo dichas muestras se integran en la
concepción de enseñanza – aprendizaje del profesor en cuestión.
El portafolio también suele incluir un apartado en el que el
autor del mismo realiza una presentación personal, en la cual se describe antes
de comenzar el proceso de reflexión. En esa presentación, el autor suele
aportar información acerca de su formación inicial, sus inquietudes y la imagen
que tiene de sí mismo como profesor, incluyendo los que considera que son sus
puntos débiles y fuertes en su faceta profesional. También suele ofrecer una
respuesta a por qué reflexiona sobre sí mismo como docente, cuáles son sus
objetivos y cuál es su visión sobre el proceso de enseñanza – aprendizaje. Es
frecuente también incluir un apartado final, en el cual el autor reflexiona
acerca de las metas que ha conseguido, y cuáles son sus nuevos objetivos
(iniciando de esta forma otro proceso de reflexión).
No existe una forma específica para la selección de aquellas
pruebas o muestras que puedan ser bien un producto de la acción del profesor o bien
un componente en el proceso de aprendizaje del profesor en formación. Sin
embargo, sí se insiste en que las evidencias deberían ser el reflejo tanto de las
creencias del profesor en formación acerca de lo que significa enseñar y
aprender, como de la evolución de su aprendizaje. El objetivo de todo ello es permitir,
a través de la reflexión, que el propio formando tome conciencia de dichas
creencias y las transforme si lo cree necesario.
Finalmente, se expone en el artículo un resumen de las
ventajas e inconvenientes que puede suponer la utilización del portafolio como
instrumento de formación. Entre los inconvenientes, se destaca la posibilidad
de que el portafolio adopte la forma de una simple exhibición de méritos, sin
reflexión ni análisis; o de que se estandarice hasta el punto de convertirse en
un documento que se complementa de forma casi mecánica; o de que se incluyan
como muestras o evidencias documentos carentes de interés a partir de los
cuales se extraigan conclusiones inadecuadas. Además, también se contempla la
posibilidad de que para algunas personas resulte incómodo exponer de una forma
tan abierta sus creencias. Frente a tales inconvenientes, hay ventajas
importantes, que básicamente giran en torno a las características que definen
el portafolio y que se resumen en el hecho de que permite visualizar de una
forma extremadamente clara las decisiones tanto pedagógicas como formativas del
profesor y además, el hecho de que permita seguir al docente en todo su proceso
de aprendizaje y formación, posibilita un análisis objetivo de la evolución del
profesor, así como estudiar sus perspectivas de futuro e implementar mejoras.